El Cumanés


Félix Vargas Chacón nació un 3 de abril de 1916 en Venezuela, más específicamente en la oriental ciudad de Cumaná, separada de Caracas por poco más de 402 kilómetros. Del gentilicio de su tierra natal tomará el nombre con el que lo conocerán en el mundo delictivo: el Cumanés.
Su padre había abandonado el hogar por razones de seguridad. Se vio involucrado en un movimiento revolucionario que intentó tomar control de Cumaná y, al fracasar esa acción, debió pasar varios años en la clandestinidad.
Al volver a la legalidad, el padre pide a todos los hijos colaborar para superar la bancarrota en la que se hallaba la familia. Félix es encargado de capitanear una goleta que cargaba pasajeros y turistas hasta la isla Margarita.

Su propio rumbo

Pero a los 14 años ya le había tomado el gusto a los juegos de azar y en una noche de farra abandonó la goleta y al volver les habían robado todo de la bodega. Su padre lo apartó de las tareas de mando de la embarcación y es entonces cuando decide irse por su cuenta.
"Mamá, ¡me voy a conquistar el resto del mundo!". Esa fue su forma de despedirse, contará varias décadas después en un libro autobiográfico que tituló 'Memorias de El Cumanés. Félix Vargas Chacón. 40 años en el delito', y que hoy reposa en la sección de libros raros de la Biblioteca Nacional de Venezuela.
Dejó la pequeña Cumaná y se trasladó a Caracas a principios de la década de los 40 del siglo pasado. Allí comenzaría a tejer lo que él mismo calificó como "mi desordenada vida".

Tahúr de profesión

"El Cumanés era el típico encantador. Uno de esos seres capaces de venderte algo cuando tú no tenías siquiera la intención de comprar", dijo a RT el periodista y escritor venezolano José Roberto Duque.
Esa personalidad, junto a la increíble habilidad de prestidigitador para mover y desaparecer las barajas, lo convirtieron rápidamente en el tahúr más famoso y cotizado de toda la región del Caribe.

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